
Los peligros de las pilas de botón para los niños
Hasta los tres meses de edad, un bebé apenas se mueve. Pero en cuanto empieza a desplazarse e intentar el gateo, en torno a seis meses, hay que andar con mil ojos. Toda prevención en casa es poca. Su curiosidad aumenta a medida que crece y cualquier objeto es susceptible de que acabe en sus manos y de ahí a su boca —y a su estómago o tráquea—, sus oídos o nariz. Así, al menos hasta los tres años, que es cuando dejan de tener la manía de probarlo todo con la boca, aunque los expertos extienden el peligro hasta los seis. Entre esos artículos peligrosos están las pilas de botón. Te contamos qué tipos hay, dónde puedes encontrarlas, qué contienen, qué riesgos corren tus hijos con ellas, qué medidas de prevención debes tomar y qué hacer si se ha tragado una o la ha introducido en su oreja o nariz.
Para los más pequeños cualquier cosa que puedan explorar con su motricidad fina y coger con sus dedos les encanta. Pueden pasarse horas intentando hacerse con una miga de pan, un grano de arroz… y llevárselos a la boca. Pero no todo es tan inofensivo. Juguetes de piezas pequeñas y desmontables, frutos secos o collares y pulseras a los que agarrarse… pueden darnos más de un susto si acabaran desapareciendo de sus manos y no sabemos qué han hecho con ellos.
Las pilas de botón o baterías de moneda están entre esos objetos tan peligrosos. Son pilas eléctricas en un recipiente de metal con forma redonda y chata como un botón de la ropa o moneda, por lo que de ahí viene su nombre. Es decir, son minúsculas y brillan, lo suficientemente atractivas para los ojos de los más pequeños de la casa.
Y, por si fuera poco, las usamos para alimentar multitud de aparatos electrónicos que tenemos en cualquier estancia de nuestro hogar, desde la entrada hasta la cocina. ¿En qué objetos encontramos pilas de botón? Dentro de audífonos, relojes, calculadoras, cámaras de fotos, tarjetas de felicitación musicales, básculas, controles remotos como el mando de la puerta del garaje o punteros láser, podómetros y hasta dispositivos médicos como glucómetros, desfibriladores implantables, marcapasos o termómetros. Incluso las necesitamos para que funcionen algunos juguetes infantiles, como pequeños robots, muñecos o teléfono.
Peligros de las pilas de botón para los niños
En principio, es complicado que los niños accedan a las pilas de botón. En muchos casos, los fabricantes se han cuidado de que sea necesario utilizar un destornillador para ponerlas y sacarlas, algo difícil para su edad, o han dispuesto de un mecanismo (empujar y abrir) para que no los puedan abrir. Pero puede ocurrir. En nuestro país, según reconoce el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones Infantiles de la Asociación Española de Pediatría (AEP) en su web, no existe una evidencia de que la ingesta de estas pilas sea hoy en día muy frecuente ni que las consecuencias, hasta ahora, sean demasiado graves. Pero, por ejemplo, en EE.UU. se estima que cada tres horas un menor entra en urgencias por esta causa.
Si una sola pila de botón cayera en sus manos, los riesgos a los que se enfrentan no son pocos en el caso de ingesta:
- ⚠️ Asfixia. Como cualquier pieza pequeña que se lleve a la boca, las pilas de botón pueden quedar atascadas en la garganta, un atragantamiento, que puede provocar asfixia por aspiración.
- ⚠️ Lesiones graves o muerte. En un estudio recogido en la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap) se habla de daño directo por presión de pilas de litio sobre la mucosa (necrosis por presión), daño químico por fuga en el contenido de la misma y por la corriente eléctrica generada por los polos de la batería al tocar la mucosa del esófago. Y, demás, entre las complicaciones graves enumeran las fístulas traqueo-esofágicas, perforación-mediastinitis, estenosis y hasta muerte. Por otro lado, como señalan en esta guía de la AEP, si se tragan estas pilas y entran en contacto con el esófago y el estómago, pueden producir una serie de reacciones químicas (necrosis licuefactiva y perforación del esófago) por su contenido en metales pesados, como la plata, el litio o hidróxido sódico o potásico. En concreto, esta investigación publicada en 2014 por Pediatrics constató que las pilas de litio de 20 mm pueden quedar alojadas en el esófago y producir en menos de dos horas quemaduras graves. Y en otro estudio presentado en la Digestive Disease Week (DDW) de 2019, encontró lesiones erosivas en el revestimiento mucoso del estómago (incluida la perforación de la pared gástrica) en el 60 % de los 68 casos revisados durante cuatro años en varios hospitales estadounidenses de Colorado, Florida, Texas y Ohio, sin una relación aparente entre el daño y los síntomas o con la cantidad de tiempo transcurrido dese la ingestión, por lo que pedían actuar cuanto antes. Sin embargo, los especialistas españoles también apuntan que “al igual que sucede con las monedas, la mayoría pasarán sin dificultad a lo largo del tracto intestinal”.
- ⚠️ Secuelas. La gravedad de la quemadura puede empeorar incluso tiempo después de haberse expulsado la pila del organismo. Perforaciones o fístulas en el esófago y la tráquea pueden permanecer hasta 28 días después de la retirada de la batería. Estenosis esofágicas y espondilodiscitis pueden tardar en manifestarse hasta pasadas varias semanas o meses tras la ingestión.
Se ha tragado una pila de botón
Señales
No es habitual ver cómo el niño se traga una pila de botón (se llevaría la mano a la garganta) y, a veces, ocurre que, tras ingerirla, los síntomas no son reconocibles a siempre vista. Además, en el caso de las pilas de litio, las primeras señales son similares a una gripe. Aun así, estos signos pueden alertarte de que tu hijo se ha tragado una de estas pilas:
- Dolor de garganta.
- Dolor abdominal.
- Problemas para respirar y tragar.
- Náuseas y vómitos con o sin sangre.
- Fiebre.
- Tos.
- Falta de apetito.
- Salivación intensa.
Qué hacer
Como recuerdan el Ministerio de Consumo y la Asociación Europea de Baterías Portátiles (EPBA) en esta infografía:
✅ Lleva a tu hijo de inmediato a las urgencias del hospital más cercano, tanto si hay sospecha como si ha habido ingestión.
✅ No te olvides de llevar el aparato o el embalaje original de la pila para que el profesional médico pueda identificar su modelo y su composición química.
⛔ No permitas que el niño ni coma ni beba hasta que no le hagan una radiografía para comprobar que se ha tragado la pila de botón. A los menores de 12 años se hará siempre; a los mayores se recomienda hacerla cuando la pila de botón sea mayor de 12 mm de diámetro, si el paciente presenta síntomas, si se ha ingerido más de una, si se ha ingerido a la vez con un imán o cuerpo magnético o si ha tenido complicaciones en el esófago con anterioridad.
⛔ No le provoques el vómito.